quinta-feira, 31 de maio de 2012

Viajando por las redes a golpe de fotografía

Naide y JuanPa, compitiendo por la mejor foto del viaje.
¿Eres de los que viaja con la cámara de fotos en el bolsillo, ya dispuesta para comenzar a disparar en la misma sala de espera del aeropuerto o estación? ¿Cuando vuelves tienes tantos miles de fotos que no basta con llenar la memoria del ordenador -ni hablar ya de aquello de revelar fotos y abarrotar armarios con álbumes y más álbumes-, tienes que saturar las redes sociales de tus amigos con las memorias de aquellos momentos inolvidables? Pero más allá: ¿Eres ese artista por descubrir, ese diamante en bruto de los objetivos que, como buen maestro, toma nota de lo que hacen los demás para mejorar su estilo y, tal vez algún día, pueda pagar platos de sopa a cambio de fotos que más adelante valdrán millones como Los Girasoles de Van Gogh?

Bueno, la introducción ha sido un poco viajada (haciendo homenaje figurado a nuestro blog). Realmente, donde queremos llegar hoy es a esa gran preocupación que a veces se nos pasa por la cabeza cuando vamos a los lugares: ¿Y qué hay allí que merezca la visita/foto? Ah, menos mal que Google siempre está ahí para echarnos una mano.

-A ver, Colonia… No, descarta la última creación de fulano… Aroma… ¡No! Bien, busca por fotos: Colonia, Alemania… ¡Anda mira, pues también tiene que ver con perfumes! Bueno, a ver. Una catedral, una estación al lado (qué curioso) y un puente… Qué buena combinación para la foto. Y por allí, paseo en barco, barrio, murallas… ¡decidido, nos vamos a Colonia!

Sí, Colonia, su catedral y la estación. El puente y el río los
dejamos por el lado de allá.

¿Y qué es lo que hemos encontrado en Google? Pues fotos, principalmente, acompañando páginas y blogs como la omnipresente Wikipedia o Blogger, con información que ¡sí, también podemos leer! Y si ya vamos más allá, hasta nos habremos dado un paseo por Google Maps o Google Earth donde se abre el inmenso abanico del imaginario de Panoramio, bendita herramienta que ya nos dice hasta desde donde sacar el mejor ángulo del monumento o edificio que vamos a inmortalizar (o ‘postalizar’, arte de usar nuestra cámara para competir con las supervivientes del souvenir postal).

Hoy en día la fotografía de viajes es uno de los principales alimentos de redes sociales gráficas. Nos referimos a la ya citada Panoramio, a Flickr o a Instagram. No así la recién aparecida y ya exitosa Pinterest, cuyo foco es más la foto decorativa y culinaria que la de exteriores. También las clásicas Facebook y Twitter, y aún las decadentes Tuenti u Orkut (intento previo de Google de entrar en el mercado, sólo con repercusión pan-americana) registran una gran actividad cuando el interesado o interesados vuelven de un viaje. Me olvidaba: y también durante, que ahora cualquiera tira una foto, trata, añade un comentario y suelta a los cuatro vientos interneteros.

Villalumbroso (Palencia). Porque
para viajar no hace falta ir muy lejos.
Como las posibilidades de recorrer con cierta facilidad los rincones más ignotos del planeta, la fotografía se ha convertido en una democracia absoluta. Cualquiera tiene el poder de sacar una foto espectacular allá donde nunca imaginó que llegaría y, al poco tiempo, hacer que cientos, miles de personas, tengan acceso a ella. Steve McCurry y los chicos de la National Geografic ya no dan tanta envidia gracias a esas redes sociales con mil veces más divulgación que la revista del borde amarillo y a esas cámaras/teléfonos con estudios de fotografía integrados. Y claro, esas redes sociales también hacen la función de aquellas revistas en cuyas páginas dejábamos arrastrarse nuestra imaginación, soñando con viajes al fin del mundo, estudiando composición, estilo e iluminación de cada foto, devorando cada descripción, soñando con hacer algún día esas mismas rutas, esas mismas fotos.

En fin. Que si en los próximos meses vas a viajar, ya sea a algún extraño país del mundo adelante como a los confines de su provincia o de su ciudad, aprovecha para documentarte. Abre alguna de las propuestas arriba referidas (o simplemente busca en Google, que para eso está) y ve de antemano qué es lo que vas a encontrarte en tu viaje. ¿Ventajas? Todas las del mundo: En Panoramio/Google Earth, no sólo documentar la vista como la posibilidad de ir trazando rutas sobre los mapas satélite tridimensionales y los collages panorámicos compuestos por aportaciones de fotógrafos del mundo todo. También en Flickr, donde desde hace algún tiempo ya cuenta también con la marcación mapeada de las imágenes subidas. Y no podemos dejar de recomendar las siempre fantaseadas y particulares visiones de Instagram, red donde no cuenta tanto el qué se fotografía cuanto el cómo llamar más la atención con la imagen… Otra perspectiva.
Flickr ya ofrece geolocalización para las fotos.

¡Y lo más importante! ¡Participa! Empiezas por las fotos de las últimas vacaciones, sigues con alguna que tenías por el ordenador y que consideras digna de que sea vista, luego otra, otra… Y ya no puedes parar. Como alicientes, -¡oh competición!- el número de visitas diarias. Un detalle: en Flickr sabe eso quien paga, que es el mismo que no tiene límite de carga de fotos. Cuando te quieres dar cuenta, o no puedes subir más fotos ese mes, o directamente te invita a hacerte una cuenta Premium, porque el chollo no pasa de 200 instantáneas visualizadas. El resto las va quitando de la vista, aunque las deja ahí almacenadas para cuando te decidas a hacer las cosas como está mandado, no tengas que empezar de cero.

Google Earth y su 'sarampión' de fotos vía Panoramio.
¿Más alicientes? Convertirse en la próxima referencia de aquellos que, como tú, pasarán para ver qué ver cuando vayan a viajar y, además de eso, saber ‘cómo verlo’ e intentar superar a “ése que hizo aquella foto que vi en Internet”. Panoramio es la herramienta perfecta para alimentar ese ego. En sus comienzos, la red social fotográfica española (sí, no todo va a ser hecho por los americanos) permitía a cualquiera meter casi cualquier tipo de foto en el globo de Google Earth. Poco después tuvieron intervenir aplicando filtros de calidad e interés, para evitar que, al sobrevolar ese mundo tridimensional no se vieran sólo las etiquetas de millones de fotos, sinceramente, poco enriquecedoras. ¿Qué quedó? Pues eso, clásicas postales por un lado y estampas realmente sorprendentes por otro, a la vista en uno de los escaparates del mayor motor de búsqueda del mundo, el favorito de los amantes de la geografía.


Collage panorámico de Brujas, estilo casero.
Es el momento de dar un salto en nuestra experiencia viajera. Y ese salto puede comenzar en esa silla, mirando esta pantalla, preparando la próxima aventura.

¡Buena ruta!

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